La 1 de Televisión Española emitió este lunes el programa de ‘MasterChef’ grabado en Cartagena en el mes de marzo, justo un día después de la Gala de los Soles de la Guía Repsol. El Museo del Teatro Romano y el puerto de Cartagena fueron los escenarios donde se desarrolló la segunda prueba de la noche, la conocida como ‘prueba de exteriores’. Se lució, y de qué manera, la Trimilenaria en este programa. Fueron innumerables las imágenes de diferentes localizaciones que se sucedieron a lo largo de la prueba, con un especial protagonismo del puerto y del Teatro Romano, como no podía ser de otra forma. Este último enclave resultó francamente espectacular y, sin duda, muchos de los espectadores que siguieron el programa habrán quedado impresionados con la belleza del monumento y de la ciudad, lo que dará sus réditos a nivel turístico, que al fin y al cabo es la finalidad de este tipo de apuestas.
La prueba comenzó en el Teatro Romano y contó con la visita de la murciana Ruth Lorenzo, aspirante de ‘MasterChef Celebrity 7’. El restaurante Cuarentaytrés, situado en pleno puerto y con unas vistas increíbles, acogió la elaboración de los platos y la comida de los invitados. En este inmejorable enclave, los equipos cocinaron para los paladares más cultivados. Lo más granado de la gastronomía nacional estaba invitado a esta cita, como Martín Berasategui, Toño Pérez, Nandu Jubany, Diego Guerrero y Begoña Rodrigo, entre otros chefs de renombre. También estaban entre los invitados Maria Ritter, directora de la Guía Repsol, y personalidades de la Región de Murcia como la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, o la consejera de Cultura y Turismo, Carmen Conesa.
En total, 60 personas degustaron el menú que debían realizar los concursantes. Y aquí viene lo más sorprendente de la noche. Las autoras del menú fueron Fina Puigdevall y sus hijas, Martina y Carlota Puigvert, al frente del restaurante Les Cols (Olot, Girona), sin duda grandes cocineras, con tres Soles Repsol y otras tantas estrellas. Pero lo habitual en el programa hasta el momento, y cualquiera que sea seguidor habitual lo sabe, es que un chef de la zona sea el que se encargue de este menester y que, incluso, se haga un despliegue de la despensa local en las elaboraciones, mostrando los productos más emblemáticos de la región en cuestión. ¡Y qué oportunidad para sacar pecho de los profesionales y de los productos de la tierra! De ese cordero de Calblanque que tantos chefs utilizan en sus elaboraciones, o del chato murciano, del atún rojo de Ricardo Fuentes (el mayor productor del mundo de atún rojo, ojo), o del arroz de Calasparra, entre otros muchos. Pero nada de eso se vio anoche en las cocinas del programa.
Era un momento extraordinario para decir “está es nuestra cocina y nuestros productos”. Y chefs de altura para hacer un menú con sabor autóctono hay unos cuantos, empezando por la misma María Gómez, de Magoga (Cartagena, dos Soles, una Estrella), presente en la cita pero como comensal.
De hecho, también resultó algo extraño que hubiera presentes tan pocos cocineros regionales. Respondieron a las preguntas de Samantha la citada María Gómez y Miguel Hernández, de Por Herencia (Murcia). De refilón se vio a otros chefs como David Muñoz, de Alborada; Pablo González, de Cabaña Buenavista; Alberto Pardo, de Polea; David López, de Local de Ensayo, o Juan Guillamón, de Almo.
En cuanto a representantes institucionales, tuvo unas palabras la consejera de Cultura y Turismo, Carmen Conesa, alabando la gastronomía regional, pero resultó singular que no se le concediera un instante a la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, que al fin y al cabo era la anfitriona de la cita.
Hubiera sido una oportunidad de oro de lucir la gastronomía regional, que aún cuesta que se reconozca a nivel nacional. El programa, aunque dio una imagen preciosa de la ciudad portuaria, resultó tener poco sabor local.