Perro Limón crece y se muda a una casa más grande. Y la casa no es otra que la que hasta ahora albergaba Láriz, el otro restaurante regentado por la pareja formada por los chefs María Crespo y Miguel Ángel Albadalejo y que eran modelos muy diferentes de cocina de vanguardia y tradicional. En este caso, se ha impuesto la opción más inconformista y Perro Limón pasa del popular barrio de San Andrés a la céntrica plaza de San Juan, un traslado deseado y demandado por muchos comensales casi desde su nacimiento.
“Queríamos avanzar. El local original de Perro Limón se nos quedaba pequeño, no podíamos hacer todo lo que queríamos y la gente nos demandaba desde hace tiempo que nos viniéramos al centro. Se ha quedado muy bonito y estamos muy ilusionados con este nuevo comienzo”, cuenta María Crespo.
Para ambos, el establecimiento que acogía Láriz en la céntrica plaza de San Juan era el lugar idóneo para trasladar su primer restaurante, el que abrieron hace cinco años en una ubicación, a priori, poco gastronómica. Sin embargo, en seguida se convirtió en uno de los referentes de la capital con su apuesta por la gastronomía creativa con referencias internacionales en un ambiente casual.
“Aunque duela, teníamos que hacerlo. Nos iba bien con Láriz, pero hemos tenido que decidir y queríamos que Perro Limón creciera”, asegura Crespo. Este cambio, además, les permite a Miguel Ángel y a ella volver a trabajar en el mismo establecimiento tras una etapa separados en la que cada uno estaba volcado en uno de los restaurantes, “algo que necesitábamos”, admite. “Si unimos fuerzas, todo sale mejor”.
En cuanto al establecimiento, lo han reformado para adaptar la imagen clásica de Láriz a la esencia más inconformista de Perro Limón. Los tonos neutros que imperaban en el primero han dado paso a los azules y amarillos que caracterizan al segundo, en un espacio que es el doble de grande de lo que tenían hasta ahora. Eso sí, sin terraza, porque “nos parece que no va con el espíritu de Perro Limón”.
Respecto a Láriz, María prefiere no aventurar nada. “Ya veremos qué hacemos con él. Si en un futuro queremos abrir en otro sitio, lo haremos”.
De momento, el aterrizaje en la nueva ubicación no ha podido ser más prometedor, con lleno los dos días que han abiertos este fin de semana en pleno mes de agosto (cierran domingo y lunes).
En cuanto a la carta, la han renovado manteniendo la esencia de Perro Limón con dos de los best seller de Láriz. Así, de este últimos se pueden seguir disfrutando de los huevos rotos con atún rojo y la tableta de foie, mientras que del primero se mantienen el nigiri de pato o el chilli crab, y se incorporan novedades como el dumpling de papada o el curry verde con calamar a la andaluza. Su propósito es renovar la carta cada tres meses para que siempre haya un motivo para visitarles.