No se deje llevar por la primera impresión que ofrece este establecimiento, más cercana a un bar de carajillo de toda la vida que a un lugar donde disfrutar de una inolvidable experiencia gastronómica. Pero si supera la imagen inicial que ofrece la planta baja del Restaurante Ginés (Águilas), con una estética de bar de los 80 con tres mesas y máquina tragaperras incluida, y sube a la primera planta, descubrirá una coqueta sala con ocho mesas y una bodega con 5.000 botellas de vino: un auténtico tesoro para los amantes de la buena mesa.
“Somos animales de supervivencia. Montamos un bar de carajillos hace 24 años y después nos dimos cuenta de que no nos gustaba eso, que lo que nos gustaba era la restauración”, cuenta su primer artífice, Ginés Hernández Rabal, que junto a su hermano Ángel regenta el local. Fue el mayor, Ginés, el que comenzó el negocio y con la incorporación de su hermano, unos años más tarde, decidieron comprar la planta de arriba y darle un vuelco al concepto. Poco a poco, fueron introduciendo un producto de más calidad en la carta y ampliando la bodega hasta llegar a lo que es hoy: uno de los mejores restaurantes de la localidad, muy frecuentado por empresarios y adeptos a la buena mesa y el mejor vino, pero poco conocido fuera de la zona. Una joya gastronómica que seduce al que lo visita.
“El que viene aquí, lo hace recomendado. Mucha gente pasa de largo, no se lo espera”, cuenta Ángel, que admite que les hace cierta gracia esa sorpresa que suelen provocar en casi todo el que traspasa el umbral por primera vez. “Durante años vivimos más del bar que del restaurante. Por eso lo mantenemos. Ahora es al revés”, explica Ángel. “Los dos tienen la misma importancia para nosotros”, subraya Ginés. En las épocas malas, aseguran que llegaron a abrir 24 horas. Eran otros tiempos. Ahora se pueden permitir cerrar sábados por la noche y domingos. Y la idea en un futuro es transformar la parte de abajo para integrarlo con la superior y añadir tres mesas más con ese concepto gastronómico que tan bien les está funcionando.
UN PATRIMONIO EN VINO
El vino es una de las apuestas de este local. Y es que el 50% de la idea de negocio es la bodega, con 300 referencias y más de 5.000 botellas de vino, y el otro 50% la comida. Y siguen una máxima: comprar el vino le hacen la guarda al menos dos años. Así, no solo consiguen comprarlo a un precio más reducido, sino servirlo en su punto óptimo de madurez. “Por esos dos años que ha estado creciendo, ya está increíblemente más bueno. Así se redondean. El que no tiene capacidad de guarda, pues paga los vinos más caros”, cuenta Ginés, que tiene la cualificación de WSet 2 y va camino de la 3.
Lo que más tienen es Rioja y Ribera de Duero, “pero cada vez intentamos tener más vinos de la tierra. Hay mucha riberitis, pero intentamos quitar alguno e introducir de aquí”, explica Ángel. Por ejemplo, de Casa Castillo y Bodegas Cerrón, ambos de la DO Jumilla, tienen prácticamente todas sus referencias, y del Pie Franco de Casa Castillo varias añadas incluida la que consiguió los 100 puntos Parker por primera y única vez por un vino de la región. “Los Yesares (Cerrón) va a ser el próximo”, augura Ángel.
Dicen que el mejor vino que han tenido es Castillo de Ygay 2010, considerado el mejor del mundo. “Es el top de Marqués de Murrieta. Salió en 70-80 euros y ahora está en 1.800 euros. Nosotros lo tenemos en 1.400 euros. El que se lo puede permitir y ve ese precio, no se lo piensa. Hemos vendido bastantes cajas”, asegura Ángel. Al final, atesoran un patrimonio de casi 300.000 euros en vino. “Antes de tener el dinero en el banco, lo tengo invertido en vino”, recalca.
Hacen catas maridaje una vez al mes, “que no son catas, son fiestas”, aseguran. Oscilan de 70 a 130 euros, “depende del precio de los vinos porque en algunas catas el más barato sale a 80 euros. Es un regalo. Los 30 clientes que vienen, se van encantados”, apunta Ángel.
No doblan mesas y no cierran por la tarde, pues la sobremesa es otro de los puntos fuertes de este lugar. Para amenizarla cuentan también con una amplia oferta de licores. Una de las paredes del salón está dedicada a los espirituosos y destacan las botellas McCallan de 25 años, una botella que asciende a 3.600 euros, y que ellos sirven a 370 euros la copa, «un precio muy bueno», destacan.
PROPUESTA GASTRONÓMICA
Si el vino es uno de sus puntos fuertes, la propuesta gastronómica no le va a la zaga. “Yo sé que ahora todo el mundo busca el kilómetro cero pero yo no me caso con nadie”, explica Ángel. “Intentamos tener lo mejor, de donde sea, lo que más nos gusta de cada ámbito». De Águilas ofrecen gallineta, gallopedro, pescado fresco y marisco como la cigala y la gamba roja, «que intentamos que sea del calibre más gordo posible”, señalan. De color y sabor intenso, explican que las del canto de poniente, “son las mejores. Cuanto más rojo fuego, está más buena”. Un productazo imprescindible.
También tienen jamón ibérico de bellota, almejas del norte, alcachofas de la tierra o carnes como el chato murciano, angus americano o rubia de León. Disponen todo el año de trufa fresca y setas, porque muchos clientes vienen buscando uno de sus platos estrella, el revuelto de setas con huevo poché y trufa de temporada, o el foie caliente con tomate confitado, su primer plato premiado en 2010, un auténtico espectáculo.
Otro de más reciente incorporación es el pulpo braseado con puré de patata al pimentón, ganador de la I Jornadas Gastronómicas del Pulpo y del Pescado de Moruna, organizadas por la Asociación de Hostelería y Turismo de Águilas (Hosteáguilas). Y un arroz que bordan es el meloso de confit de pato y foie. De postre, la tarta de queso y tierra de chocolate, elaborada con queso mascarpone y Philadelphia, un postre a medio camino entre el tiramisú y la tarta de queso, es una auténtica adicción.
De momento, tienen un Solete de la Guía Repsol, que se puede convertir en algo más muy pronto, a juzgar por la calidad del producto que manejan y su filosofía de superación continua. “Hay dos maneras de hacer las cosas, o bien o mal. Para mí no hay medias tintas en esta vida. Algo regular, no nos vale. Esa es nuestra máxima”, concluye Ángel.
RESTAURANTE GINÉS – Doctor Luis Prieto, 34. 30880 Águilas (Murcia). Teléfono: 968 41 00 45 / WhatsApp 699 90 25 38.