Una gran sala con moqueta beige donde se suceden los sillones y sofás tapizados en tonos neutros recibe al visitante. El lugar, acogedor y elegante, recuerda a un club inglés y resulta especialmente agradable para una tarde fría de enero. La música suena suave y el camarero dispone con una sonrisa una contundente carta sobre la mesa. A lo largo de sus 20 páginas se suceden una infinidad de bebidas que dejan al cliente aturdido. Elegir en su extensa carta es un auténtico reto.
“He querido tener lo mejor”, asegura Tomás Lorente, el dueño y artífice de Meeting Place, un local que lleva abierto un par de meses en el centro de Murcia.
El lugar tiene una de las cartas de bebidas más extensas de la región y, quizás, también del país. Con más de 150 referencias entre whiskies, rones, ginebras, licores, cavas y champán francés se pueden encontrar joyas como el Dom Pérignon o el Macallan de 25 años a 300 euros la copa.
Pero, sin duda, sus cócteles de autor son uno de sus puntos fuertes, con nombres que hacen referencia a sitios emblemáticos de la ciudad. Plaza de las Flores, Cardenal Belluga, Glorieta o Plaza Mayor. Todos han sido concebidos por el coctelero Sergio Sánchez y su éxito ha sido tremendo. “Ahora mismo, seguramente lo que más pide la gente son los cócteles”, señala Sandra, su mujer y socia en el negocio.
“Hemos creado el lugar al que queríamos ir y que no encontrábamos en Murcia”, cuentan. Tomás ya tenía experiencia pues había tenido locales de ocio tan míticos como Pachá. Ahora ha apostado junto a Sandra por una opción “más tranquila y elegante”. Por eso, la propuesta está a medio camino entre una coctelería de autor y un club inglés, donde pasar las horas en un ambiente tranquilo y acogedor.
“Yo echaba de menos un lugar así. Tenía la idea pero el lugar debía reunir una serie de condiciones y no era fácil. A principios de año surgió este local y vi que lo tenía todo. Ha salido tal y como queríamos”, explica. “Es el típico sitio que cuando sales de comer o de cenar te apetece ir y del que luego no te quieres marchar”, añade Sandra.
En apenas un par de meses, se ha convertido en un sitio de referencia para las salidas nocturnas y de tardeo. “La primera tarde que abrimos recuerdo que empezó a llenarse y no nos lo creíamos. No sabíamos que había pasado porque no hicimos publicidad”, cuenta Sandra. “Hay días que si no vienes con reserva, no tienes sitio. Hay mucha mezcla y nos ha sorprendido que venga tanta gente joven. No era nuestro objetivo, pero nos dicen que les gusta mucho el sitio”, explica.
Una coctelería con encanto que, además, enriquece la oferta de ocio y cultural de la ciudad con una programación diversa para amenizar las veladas. Las actuaciones en directo tienen un gran protagonismo en este local, que tiene en su agenda monólogos y música varias veces al mes. “Tenemos lista de espera de grupos que quiere venir a actuar aquí. Nos dicen que hay muy pocos sitios así”. Su próxima apuesta es traer hasta su escenario actuaciones de flamenco fusión.
Su objetivo es consolidarse y no ser un lugar de moda. “Queremos ir mejorando y dar lo que la gente busca. No queremos que sea un lugar de moda sino uno que permanezca con los años y se convierta en un clásico, como un Piano Bar o un Parlamento”, asegura Tomás.