El café se está empezando a valorar cada día más en toda la hostelería. La imagen del café está muy ligada a una taza humeante a la hora de desayunar, almorzar y cenar. La realidad es que el café es muy importante en nuestra gastronomía y se presenta en diferentes formas. Tiene un gran impacto en la gastronomía mundial, es una de las bebidas más consumidas en el mundo y también se ha convertido en un elemento esencial en muchas culturas.
Además de ser una bebida energizante por su contenido en cafeína, el café ha sido incorporado en muchas preparaciones culinarias como ingrediente empezando por el tiramisú, flanes de café, cremas a base de café, pastas y muchísimas recetas con base café. La verdad es que el café es el último sabor que nos queda después de comer; por ello, debe ser de una calidad extrema, tanto en el producto como en la elaboración. En esta España nuestra existen infinidad de tipos de preparación de cafés: carajillo, bombón, blanco y negro, barraquito, ruso, café con gotas, manchado, cortado, belmonte, americano, cortado, asiático…
Y vamos a conocer el asiático, el cual es algo más que un café. El asiático es la combinación perfecta del sabor, la vida y la historia de Cartagena, de donde es originario. Desde hace unos años, se está introduciendo en toda nuestra Patria a través de la empresa familiar José Díaz. Este café es una mezcla muy armoniosa de café, leche condensada, brandy y Licor 43, con un toque de canela en polvo y corteza de limón, pudiéndose tomar a cualquier hora del día o la noche.
Una bebida con mucha solera, inspirada por los marinos que llegaban al puerto de Cartagena desde Asia en los comienzos del siglo XX y pedían, en las tabernas de la época, un café con leche condensada y coñac. Esta combinación se fundió con la personalidad de la ciudad y se fue perfeccionando hasta el típico asiático que disfrutamos actualmente.
Este especial café se toma en una copa de cristal diseñada expresamente para tal fin, llamada inicialmente “copa de campana”. Este recipiente comienza a fabricarse en el año 1908 por la empresa cartagenera Unión Vidriera de España, ubicada en la Villa y Condado de Santa Lucía, el castizo barrio pesquero de la Trimilenaria ciudad.
Es muy fácil de preparar en su copa: en el fondo pondremos leche condensada, encima de la leche un poco de brandy, después Licor 43 y, posteriormente, añadiremos el café. En la parte superior, aplicaremos una pizca de canela, una corteza de limón y dos granos de café, que darán un aroma especial a la mezcla. El café asiático es un icono cartagenero. Igual que a Roma se le conoce por el Coliseo, nuestra ciudad está empezando a conocerse como la “ciudad del asiático”, además de otros símbolos importantes como el Submarino Peral o el Teatro Romano.
En la diputación cartagenera de El Albujón existe un emblemático local llamado Bar Pedrín, en la antigua carretera nacional que unía Cartagena con Murcia y que era parada obligada para tomar el café asiático. La expectación que generaba el asiático llegaba a todos los rincones. Incluso el actual Rey Emérito, en su etapa de alumno en la Academia General del Aire como príncipe Juan Carlos, se tomaba el asiático en el Bar Pedrín, local que todavía continúa con la tradición de servir este singular café y que, si les apetece, pueden visitar y disfrutar. Y termino con una reflexión: «Hay heridas que, en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos».
Por Tomas Martínez Pagán, Académico Numerario de la Academia de Gastronomía de la Región de Murcia.
