Fotografías: Ana Bernal.

Virgen del Mar, la marisquería murciana que cautivó a Ferrán Adrià

Picture of Concha Alcántara

Que en el restaurante Virgen del Mar tienen el mejor marisco que se puede comer, da fe un grande de la gastronomía como Ferrán Adrià. Aquí cenó el alma mater de elBulli hace poco más de un año, cuando pasó varios días en Murcia para participar en unas jornadas de gestión en restauración organizadas por CaixaBank. «Anoche cenamos extraordinariamente bien en la Virgen del Mar. Es uno de los mejores lugares de España donde comer producto del mar. Lo de ayer es difícil de superar«, subrayó el chef ante el auditorio que asistía al acto.

«Fue alucinante», recuerda María José Mayordomo, jefa de sala de este emblemático lugar de la capital murciana e hija de la fundadora, Mari Cruz García, que escucha a su lado. «Nos avisaron diez minutos antes de que venía a cenar. Le subí las cajas tal y como nos llegan y vio las langostas vivas. Me dijo: ponme de todo, lo que tú quieras«, asegura. Le sirvieron tomate Raff, cigalas, gamba roja y blanca, sepia con tomate y en su tinta, atún de ijada, cherna…. «Cuando se despidió, nos dijo que hacía mucho tiempo que no comía así. Enorgullece mucho que alguien de tanto nivel te reconozca. Todo es fruto del trabajo duro”, destaca María José.

Ese trabajo duro comenzó hace exactamente 47 años, cuando Mari Cruz García, la matriarca, apodada ‘La Faraona’ porque siempre compraba el mejor género que había disponible, abrió su primer establecimiento en el Puerto de Mazarrón, el Peyma (nombre que le puso por la primera sílaba de los nombres de sus padres, Pedro y María). Entonces era un humilde local de menú “a 40 duros”. “Toda mi familia era pescadora y por eso quise que el restaurante fuera de pescado”, cuenta junto a su hija y su nieta, a las que ha pasado el testigo del restaurante y que gestionan junto a su otro hijo y un nieto.

Al año de abrir, el sitio ya se había quedado pequeño. Tenían “dos turnos de albañiles” y, tras ellos, llegaban «los empresarios del tomate, que entonces había muchos y venían con sus clientes». Entonces buscó un sitio más grande donde poder atender a más clientela y lo encontró en el edificio Virgen del Mar, en el paseo del puerto, y decidió bautizar al nuevo restaurante con el mismo nombre. Allí se convirtió en una referencia y no había negocio en la zona que no se cerrara entre las paredes de su establecimiento.

“A mí me ha gustado mucho la cocina. Llegaba el pescado y lo cocinábamos de inmediato, muy fresco”, destaca Mari Cruz. “Mi madre ha vivido para esto. Todo lo hace bueno y es un problema porque no puedes parar de comer”, añade entre risas su hija. “Tiene muy buena mano para los guisos y el arroz lo ha clavado siempre”.

Destaca Mari Cruz que el primer arroz y bogavante que se cocinó en la Región de Murcia fue obra suya.  “Fue hace 45 años”, relata. “Mi cuñado pescó un bogavante en Mazarrón que pesaba cinco o seis kilos. ¡Aún me acuerdo lo grande que era! No sabía qué hacer con él”, admite. “Entonces se me ocurrió hacer un arroz con el bogavante y con fumé de pescado de roca. Salieron cinco o seis paellas. Fue un éxito y desde entonces la gente empezó a pedirlo continuamente”.

La propuesta gustó tanto que, en aquel momento aún previo al euro, «me gastaba dos millones de las antiguas pesetas en bogavante a la semana. Venía gente de todos sitios a comer arroz con bogavante. Después otros lo hicieron, pero empezamos nosotros”, subraya la matriarca.

Después de 27 años en Mazarrón, en 2004 se trasladaron a Murcia. “Nunca me hubiera venido pero tuvimos un atraco muy malo y nos tuvimos que ir obligados”, se lamenta Mari Cruz sin querer detenerse en recodar demasiado. “La gente nos decía que era una locura. En Mazarrón teníamos dos restaurantes con dos y tres turnos y aquí no sabíamos cómo iría. Pero abrimos y llenamos todos los días hasta ahora”, celebra.

MÁS ALLÁ DEL MARISCO

En la Virgen del Mar llevan por bandera tener el mejor marisco. Almejas , bogavante gallego, coquinas, langosta, centolla, cigala, gamba roja, navajas, ostras, percebes, quisquilla, vieras… La vitrina de la entrada muestra un espectáculo. Toda la concha la traen de Galicia y el resto de Santa Pola y reciben género dos veces al día, para la comida y la cena, siempre con la máxima calidad.

“Nuestro cliente nos exige mucho. Cuando vienen aquí, quieren lo mejor. Calidades hay muchas, pero nosotras siempre compramos el mejor género”, subrayan. Y eso, reduce el beneficio, apuntan. “Una gamba que la estás comprando a 180 euros el kilo, no la puedes vender a más de 220 euros. Cuanta más calidad, menor es el beneficio”, aseguran.

También hay lugar destacado para la cocina de toda la vida en este restaurante. “La gente nos encasilla en el marisco pero tenemos mucho más”, dice Mari Cruz, la nieta. Los arroces siguen siendo un plato estrella y destaca el de bogavante y al estilo Cruz, con gamba, almejas y sepia.

También tienen ensaladillas de merluza, de marisco o de puerros con cangrejo. De obligada cata son la sepia con tomate o en su tinta con pasas y piñones, las alcachofas rebozadas, el pulpo o las albóndigas de merluza.  Y todos los días se hace un guiso casero de cuchara como marmitako de atún, fabes con almejas, manitas de cerdo o la fabada, que aseguran que “es espectacular, mejor que en Oviedo”, fruto de unas jornadas gastronómicas en Asturias en las que estuvo la abuela hace años y donde aprendió la receta y contactó con los proveedores adecuados.

La carta es muy extensa pero “el 90% de los clientes nos dicen: ponme lo que tú quieras. El trato es muy personalizado”, señalan. El carácter familiar es parte del ADN de este negocio y la continuidad está garantizada de la mano de los hijos de Mari Cruz, María José (en sala) y Pedro (en cocina). “Mis hijos llevan ahora el negocio. Yo me he jubilado”, asegura la fundadora que, no obstante, viene cada día y aún hace los pagos.

La familia de la Virgen del Mar, la matriarca, Mari Cruz García (abajo en el centro) con sus hijos, María José y Pedro, y sus nietos detrás, Mari Cruz (centro) y Pepe (derecha), y el marido de Mari Cruz, José (izquierda).

También los nietos siguen la estela de la matriarca. La nieta, Mari Cruz, estudió Magisterio pero vino un verano a ayudar “y ya no me he ido”, dice sonriendo. Junto a su primo, Pepe, ayudan en sala conformando un equipo familiar cercano y atento que se ocupa de que todo funcione a la perfección. “Muchos pensaban que sin mi madre no había negocio y ahora nos dicen que se puede sentir orgullosa”, apunta María José. “Lo hacemos todo igual que si estuviera ella”.

RESTAURANTE VIRGEN DEL MAR – Dirección: Pl. de San Nicolás, 3 – bajo, 30005 Murcia. Teléfono: 968 21 66 79. Menú: restaurantevirgendelmar.com

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