Hay lugares que atrapan por su cocina y otros por su entorno, pero pocos logran combinar ambos encantos con la armonía que se respira en el Restaurante Miramar, en pleno corazón de Santiago de la Ribera. Ubicado en un edificio de tres plantas con vistas inigualables al Mar Menor, este emblemático espacio ha recuperado la vitalidad de tiempos mejores gracias al impulso de un equipo joven y ambicioso, liderado por Carlos Méndez, también responsable de La Tropical en Los Alcázares.
Desde su reapertura el 28 de mayo de 2021, tras años de actividad limitada, Miramar se ha transformado en un punto de referencia de este pueblo costero lleno de encanto, tanto por su cocina como por su capacidad para acoger todo tipo de eventos. Tres plantas y más de 2.000 metros cuadrados conforman este espectacular enclave que, además de restaurante, es escenario de celebraciones de todo tipo, desde prebodas y cumpleaños hasta cenas de empresa o encuentros deportivos. Solo este verano, más de 25 eventos han llenado su agenda.
“Al principio fue muy duro gestionarlo porque es muy grande, pero el sitio me enamoró desde el principio, pasaba por la puerta y siempre pensaba que tenía un potencial enorme”, confiesa Carlos, visiblemente satisfecho con la evolución del proyecto. Hoy, gracias a un equipo sólido donde destaca la figura de Jaime San Martín, chef ejecutivo, y Fabián Pérez, chef de cocina, Miramar vive una segunda juventud y rebosa energía.
Pescados y arroces, los protagonistas
La propuesta culinaria se ancla en la cocina mediterránea, con un marcado respeto por el producto de temporada y una clara vocación por ofrecer experiencias sabrosas y cuidadas. En carta destacan los arroces y pescados frescos procedentes de la lonja, preparados con maestría y creatividad. No faltan platos como el caldero del Mar Menor, el rodaballo a la brasa con parmentier de gamba y crema de piquillo o el sorprendente arroz con pluma ibérica y gamba roja, una mezcla que inicialmente no convencía a Carlos, pero que hoy triunfa entre los comensales.
A esta propuesta se suma una selección de entrantes modernos, como la tosta crujiente de queso crema trufado y mojama en AOVE, el brioche de sardina, o un original panipuri de marinera con anchoa. Platos como el pulpo a la brasa, el tataki, o la completa selección de salazones —con hueva de mújol, bonito, atún, mojama e ijada—, mantienen el pulso entre lo tradicional y lo innovador.
La parte cárnica también tiene su protagonismo con elaboraciones como la costilla de Angus a baja temperatura, una de las estrellas de la casa. Y para los más golosos, el cierre dulce llega con propuestas como la tarta de queso al horno con dulce de leche o la torrija de asiático con crema y helado de Licor 43.
Como novedad, este verano han incorporado una barra de sushi nocturna, dirigida por Keitaro, que desde su apertura el 30 de junio ha tenido una acogida espectacular. “Está lleno todos los días”, asegura Carlos, encantado con esta nueva línea que amplía el espectro de sabores sin perder la identidad del lugar.
Con una bodega de unas 100 referencias, de las cuales 25 son de la Región de Murcia, el restaurante acompaña su propuesta gastronómica con una oferta vinícola coherente y bien pensada y una gran vaiedad de cervezas de la referencia local, Estrella de Levante.
Alma festiva
Además, Miramar se ha consolidado como un espacio con alma festiva. A lo largo del año organizan eventos temáticos como ronqueos, fiestas de disfraces o una peculiar “prenochevieja” que este año agotó entradas sin siquiera necesidad de promocionarse. “No podemos ni publicitarlo, se vende todo”, comenta Carlos con orgullo.
Hospitalidad, producto, entorno y pasión son los pilares sobre los que se construye día a día este restaurante con alma de mirador, donde cada comida se convierte en un recuerdo imborrable. “Seguro que la princesa vendrá algún día«, augura Carlos ante la inminente llegada de la Princesa Leonor, que comenzará su formación en la Academia General del Aire (AGA) en la Base Aérea de San Javier, a partir del 1 de septiembre, «pero mientras tanto, nos encanta dar cariño a todo el mundo”, resume con una sonrisa.