Los Cazadores de Corvera, el restaurante donde no había platos de caza y ahora son la estrella de su carta

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En este restaurante el nombre no hacía alusión a la carta. Fue el abuelo del actual propietario el que lo bautizó como Bar Los Cazadores y la idea se la dio el de la gasolinera del pueblo. “En esa época, por la zona pasaban muchos cazadores y era para llamar su atención y tenerlos como clientes”, cuenta José García Garnés, nieto del fundador de este restaurante que ya tiene más de medio siglo de historia dividida en varias etapas.

Durante muchos años, no había ni un solo plato de caza. Por eso, cuando José se hizo cargo del restaurante en el año 2014 pensó en cambiarle el nombre “porque no me pegaba con esto. Después, para no perder ese legado y esa historia que viene desde mi abuelo, pensé en darle sentido al nombre. Por eso metí los platos de caza”. Finalmente mantuvo Los Cazadores y le añadió de Corvera, para ubicarlo mejor, y hoy los platos de caza son la estrella de la carta y el motivo por el que vienen muchos de sus clientes.

MÁS DE MEDIO SIGLO DE HISTORIA

El germen de este restaurante convertido hoy en un referente gastronómico, situado en una pequeña pedanía murciana en medio del campo, fue un bar que ocupaba lo que ahora es la parte de la barra y que abrió a finales de los años 60. Vendían cerveza, vino de barril, embutidos y frutos secos. Los festivos y fines de semana hacían platos especiales como caldo con pelotas, riñones al Jerez, ternera en salsa o albóndigas de bacalao. Así funcionó durante casi 30 años. Cuando en el 92 el abuelo se jubiló, su hija, Pepita, se hizo cargo del local.

“Por no perder el negocio, lo cogió  mi madre”, cuenta José. “Yo me he criado aquí. He mamado esto desde que nací. Lo que pasa es que lo que había no es lo que yo tengo ahora”, puntualiza. Sus padres continuaron al frente durante 22 años. “Era más de desayunos, almuerzos, menús y carnes a la brasa y arroces los fines de semana. Lo que se llevaba antes”, apunta. Eso sí, contaban con una amplia barra de tapas típicas murcianas, como el bacalao frito con cebolla, una de las más demandadas en esa época.

CAMBIO GENERACIONAL

Cómo llegó él a hacerse cargo del establecimiento es algo que, confiesa con honestidad, “ni yo mismo lo sé. Es que lo pienso y aún no lo entiendo. Como siempre me han obligado a estar aquí, yo no quería seguir. ¡Lo evitaba! Mi madre siempre me decía que estudiase algo de cocina, hostelería o turismo. Y yo le decía: no quiero bar, voy a estudiar lo que sea pero no quiero bar”, recuerda riendo. Intentando evitar ese destino, estudio electromecánica y después operador de planta química. También se hizo disc-jockey. “Me he tirado más de 10 años pinchando por los pueblos y me sacaba un dinero extra”, cuenta.

Él quiso darle una vuelta y tener un restaurante “pero diferente a lo que había. Lo primero que hice fue quitar las máquinas tragaperras, los litros de cerveza y el vino de barril. Y de un plumazo me quité el 80% de los clientes habituales”, asegura. Esa decisión, arriesgada para algunos, fue un acierto. “Reformé el local y no había nada así en la zona. Desde el primer día fue una locura. Había días que no sabía dónde meterme”. En parte porque su falta de experiencia lo llevó a elaborar una extensísima carta donde tuviera cabida “todo lo que me gustaba”. Un error, admite, porque la cocina se colapsaba. Tenía dos personas y no daban abasto. “He aprendido a fuerza de prueba y error, es la verdad”, confiesa.

Hizo diversos cursos en el Centro de Cualificación Turística y poco a poco fue ajustando la carta y el personal para hacer realidad la propuesta que él quería. “También he aprendido de observar y de ir a restaurantes que me gustan”, señala.

PROPUESTA GASTRONÓMICA

La propuesta gastronómica que mantiene a día de hoy es tener “el mejor producto dándole nuestro toque” y con la carne de caza como protagonista de gran parte de los platos. La perdiz, el lomo de ciervo, el jabalí, el faisán, el solomillo de gamo, el muflón, la codorniz, siempre forman parte de su carta.

Los platos emblemáticos en ese sentido son el arroz con perdiz y foie, uno de sus imprescindibles si se viene a este lugar. También destacan el lomo de ciervo con un guiso de colmenillas, la miniburger de jabalí, el magret de pato con risotto de calabaza y pera pochada, la perdiz en escabeche o los canelones de faisán con setas y salsa de foie. Y de forma periódica, los van cambiando.

La carne, en general, es uno de sus fuertes más allá de la caza. Cochinillo, pluma ibérica de bellota, solomillo de vaca vieja, chuletón, wangyu japonés A5 o las costillas de cordero lechal de Calblanque de El Carpio también se encuentra en su oferta.

Gran parte de su éxito se ha debido a las tapas que elaboran con ese toque diferencial, como los caballitos rebozado en cornflakes con salsa teriyaki, las croquetas de guiso de gallina murciana con salsa huancaina y plátano macho frito o el brioche de chato murciano cebolla morada encurtida y mayonesa de kimchi, la alcachofa a la brasa con foie y puré trufado. “Estos son nuestros best seller, asegura. También hacen su versión de la marinera, pero con ensaladilla de marisco en vez de rusa, boquerón flambeado y kimchi.

La carta se cambia cuando llega el frio y el calor, señala. De los 50 platos aproximadamente que contiene, varían unos 10 y siempre disponen de sugerencias fuera de carta con productos de temporada, con trufa, setas, pescados y verduras determinadas por la estación.

La bodega es otro de sus fuertes, con casi 700 referencias de España, Francia e Italia, principalmente, muchas de pequeños productores y joyas como el champán Salom o el Cristal o vinos como el Pie Franco de Casa Castillo, el único que ha conseguido los preciados 100 puntos Parker en la Región de Murcia. “Tenemos muchos vinos con 100 puntos Parker”, recalca.

El restaurante se ha ganado una fama que va mucho más allá de Corvera y es un indiscutible para los amantes de la caza. “Ha sido fruto del trabajo y la constancia. No hemos bajado el listón y siempre intentamos superarnos y mejorar. No nos acomodamos. El éxito de cualquier sitio es buscar lo mejor, la excelencia”, subraya José.

LOS CAZADORES DE CORVERA

  • Dirección: Ctra. Fuente Álamo, 3, (30153 Corvera – Murcia)
  • Teléfono: 968 38 02 25.
  • Menú: loscazadoresdecorvera.es

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