OPINIÓN

Las ánforas y el vino

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Las ánforas son unos recipientes que servían en la época de romanos, fenicios y griegos para transportar diferentes líquidos y salsas. Las conocidas ánforas romanas transportaban principalmente vino, aceite y salazones como el Garum. En el mundo de la arqueología, la anforologia es una especialidad muy desarrollada. La existencia de un gran número de tipos de ánforas, su evolución de larga duración al ser elaboradas a partir de barro cocido formado por diferentes tipos de arcilla, según el lugar de fabricación. Posiblemente  fueron los romanos quienes más perfeccionaron el ánfora como recipiente para el transporte del vino.

En aquella época el volumen medio  era de una capacidad de 39 litros. Las formas del recipiente no era casual, sino que estaba diseñada para adaptarse al transporte por barco. Comenzando por dos asas que permiten cogerlas para moverlas, su cuello es estrecho, siendo su parte baja o base de forma similar a una cúpula invertida, lo que le permitía una mayor resistencia. En los distintos pecios aparecidos en las costas de Cartagena,  se han encontrado ánforas en muy buen estado de conservación,  intactas o casi completas, ellas han servido como ejemplo para que varias bodegas de nuestra Región hayan producido vino en ánforas, incluso en ánforas que han sido alojadas en fondos marinos y que tienen unas singularidades únicas, no solo por las formas si no por lo caldos que contienen.

En nuestra Cartagena de España, son dos las bodegas que comercializan vinos en distintos tipos de ánforas, aprovechando el amplio muestrario que podemos ver visitando nuestros museos, tanto en el Nacional de Arqueología Submarina ARQUA, como en el Arqueológico Municipal, donde nos transportan a la gloriosa época romana, disfrutando no solo de tan singular recipiente, si no de muchos utensilios de la época.

Bodegas El Pitero, elabora sus ánforas bajo la  marca Ara Pacis (Altar de la Paz), simboliza la paz y los beneficios  que de ella se obtienen. Fue encontrado este altar en Cartagena en el siglo XVI en el Monte Sacro, lo que fue templo de Saturno, la bodega está situada en pleno Campo de Cartagena, justo detrás del Monasterio Ciaterciense de la Palma, en la Finca Los Vidales, donde se crían las cepas de uva meseguera blanca, que contienen las ánforas. Situada más al norte, en Pozo Estrecho, se encuentra otra bodega en este caso centenaria  Bodegas La Cerca con más de 150 años en su cuarta generación, sus vinos reflejan una gran calidad de variedades autóctonas, cultivadas por sus antepasados, desarrollando la variedad Monastrell y Merseguera, vino dorado de nuestros campos y que se comercializa en una singular ánfora romana, con un soporte que sirve para utilizarla como decantador.

En la costa de Águilas, más al Sur, se encuentra la muy singular  Bodega Submarina Verónica, una idea para envejecer vino bajo el mar y en ánforas, ya que es capaz de mejorar los caldos dotándolos de singulares y maravillosas características, un vino proveniente de uvas Monastrell, con una crianza de 15 meses en barrica, alojada posteriormente con 6 meses de atesoramiento bajo el mar con los que se ha logrado obtener un vino redondo, con un bouquet muy especial. Una singular novedad en el mundo de la enología, con esta variedad de vinos en ánforas, una gran singularidad y con unos precios realmente competitivos, que hacen que se están imponiendo en la restauración más moderna.

Tomás Martínez Pagan, miembro de la Real Academia de Gastronomía de la Región de Murcia

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