Pese a ser un año marcado por la sequía y un acusado descenso en la producción, los vinos de la Denominación de Origen Yecla han vuelto a demostrar su fortaleza. El Consejo Regulador ha calificado la cosecha 2024 como “muy buena” en todas sus categorías, tras evaluar tanto el informe técnico del departamento vitivinícola como los resultados de la cata oficial celebrada el pasado 25 de marzo.
La sesión, que tuvo lugar en la sede del Consejo Regulador, reunió al panel de cata oficial de la denominación y a expertos invitados, quienes valoraron muestras de vinos blancos, rosados, tintos jóvenes y tintos con crianza. El veredicto fue unánime: la calidad se mantiene firme, incluso en un contexto climático adverso.
Una vendimia bajo presión
El ciclo 2024 ha estado claramente condicionado por la escasez de lluvias. Las brotaciones en los viñedos de secano fueron tardías y débiles, con algunas parcelas donde la vid ni siquiera llegó a brotar. Según datos del Sistema de Información Agraria de Murcia (SIAM – IMIDA), las precipitaciones acumuladas fueron hasta un 32 % inferiores a la media de los dos últimos años, con lluvias concentradas en tormentas de escasa utilidad para el viñedo.
Aun así, la calidad de la uva fue notable. La vendimia arrancó el 3 de agosto con la recogida de Sauvignon Blanc, seguida poco después por otras variedades blancas como Chardonnay, Verdejo, Macabeo y Moscatel de grano menudo. La sanidad y madurez de estas uvas fue excelente, aunque con una merma de producción que osciló entre el 20 % y el 30 %.
En el caso de las variedades tintas tempranas, la recogida comenzó el 30 de agosto con Syrah y Merlot, y continuó con Garnacha Tintorera y Tempranillo, donde las pérdidas alcanzaron hasta el 35 %. La Monastrell, variedad emblema de la zona, se vendimió desde mediados de septiembre, con una merma de entre el 10% y más del 60% en parcelas de secano.
Un ciclo extremo, una calidad que resiste
El año no solo fue seco, sino también cálido: las temperaturas medias superaron ligeramente las de campañas anteriores. Sin embargo, el estado sanitario del viñedo fue positivo. Apenas hubo presencia de enfermedades criptogámicas y el ataque de Lobesia botrana fue muy bajo. No ocurrió lo mismo con el mosquito verde, que afectó con fuerza a diversas variedades en la parte baja del término municipal.
La producción total registrada fue de 4.306.407 litros de vino, un 25 % menos que la media de los dos años previos. Aun así, las bodegas y viticultores han sabido adaptarse al reto, primando la calidad sobre el volumen.
Cuatro estilos, una sola calificación: Muy Buena
Pese a todas las dificultades, el resultado final es más que notable. Así lo confirman tanto los técnicos como los catadores, que han otorgado la calificación de “muy buena” a los vinos blancos, rosados, tintos jóvenes y crianzas de esta añada.
La vendimia 2024 será recordada como un ejemplo de resiliencia en la viña y de compromiso en la bodega. Menos cantidad, sí. Pero la calidad sigue —y eso, en vino, lo dice todo.