TOMÁS ZAMORA

Al pie del fogón

Food truck: La revolución de las ‘gastronetas’

Picture of Redacción 'The Gastro Times'

Charles Goodnight era demasiado joven cuando Estados Unidos le arrebató a México más de la mitad de su suelo, pero sí que participó como confederado en la guerra de secesión donde lucho más contra los comanches que contra los soldados de la Unión. Este aumento tan grande de nuevo territorio hacía que los ganaderos a caballo, más conocidos como cowboys, recorrieran con los animales grandísimas extensiones de terreno desasistido de la civilización, donde el ferrocarril ni amagaba con llegar. Era, por tanto, bastante difícil comprar víveres o trasportar alimentos perecederos: judías rojas, patatas y la carne de las reses o los bisontes que cazaran, constituían el núcleo del estofado que se puede ver en todas las películas del oeste. No esperen encontrarse al mítico Wyatt Earp interpretado, entre otros, por Burt Lancaster o Henry Fonda empujándose un plato de estofado con la cuchara embolsada en el puño, y no por el curioso gusto del señor Earp por la comida que se volvía loco con los helados y no probaba el alcohol, sino porque perdería glamour la imagen icónica del personaje. Si se quieren hacer una idea, sin dejar el celuloide, de lo que digo vean a Terence Hill en “Le llamaban Trinidad” zampar platos a dos carrillos.

Volvamos al señor Goodnight: El problema de encontrar alimento variado y en buenas condiciones por las llanuras tejanas, hostigadas por las distintas tribus aborígenes, hizo que se le ocurriera una brillante idea, reconvirtió un vagón desechado por el ejército de los Estados Unidos en un vagón portabrocas donde no faltaban cajones ni estanterías para almacenar alimentos, incluso contaba con zonas adaptadas para poder cocinar sencillos pero elaborados platos. Le llegó a incorporar una lona a modo de toldo donde protegerse del sol mientas se comía. Estas carretas se conocieron con el nombre de Chuck Wagon y fueron las precursoras de los actuales Food Truck.

Aunque Charles Goodnight fue el que plantó la semillita, hay quien considera que el concepto moderno de los food truck tiene su origen en 1974 cuando el mejicano Raúl Martínez aparcó un antiguo camión de helados restaurado en la puerta de un bar en Los Ángeles y se puso a vender tacos, la cosa prosperó y en seis meses abría su propio local.

La comida “callejera” que ofrecen las food truck se asocia a “comida rápida” y por tanto de baja calidad, pero esto no es así necesariamente. La historia de las food truck corre paralela a la de la restauración en general y en cuanto a su aspecto, disfruta del ingenio de sus diseños, desde las que se fabrican a modo de vagón o furgoneta a las que en su día utilizaba Oscar Mayer con unas carretillas con forma de salchicha.

En cualquier rincón de las principales ciudades del mundo podemos encontrar estas pequeñas islas gastronómicas donde degustar desde un poke hawaiano hasta una simple sopa de fideos. Cuando las vean, les invito a que las disfruten sin prejuicios.

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