El Casino Felymar, cocina de mercado creativa en el corazón de Cehegín

Picture of Concha Alcántara

Cuando Rosalía Bastida y su marido, Felipe, se hicieron cargo del Casino de Cehegín, ubicado en un edificio emblemático de esta localidad del noroeste, se hallaba en un estado de abandono total. “Era como esta casa es una ruina. Hicimos una reforma integral respetando la estética del edificio modernista”, cuenta.

Su objetivo era crear un espacio acogedor donde poder ofrecer una gastronomía de calidad y que los clientes pudieran disfrutarla sin prisas. Tras ocho meses de reformas, abrieron hace un año y medio y el local es hoy un referente de la zona, tanto por el espacio como por su propuesta culinaria y sus espectaculares vistas.

‘Tapa del Año’.

Llegar hasta aquí no ha sido un camino rápido. El germen de este lugar comenzó  con una pequeña tienda gourmet en Cehegín, seguida de la Gastroteca Felymar en la plaza de abastos de Caravaca. Ese espacio, con los años, se quedó pequeño para desarrollar todas las ideas que le surgían.

“Empezamos hace 14 años. No teníamos cocina, sólo un microondas. Ofrecíamos jamón, quesos, anchoas, foie… Casi todo en frío pero productos de mucha calidad. Después, con un horno pequeño empezamos a dar alguna tapa caliente y a hacer degustaciones. Pero el local no daba para más”, recuerda.

Así que, cuando surgió la posibilidad de hacerse con el nuevo espacio en el Casino de Cehegín, vio la ocasión perfecta de hacer realidad “una cocina más seria y evolucionada”. Para lograrlo, durante años realizó “todos los cursos que podía en Madrid, en el CCT o donde fuera”. Y la carta del restaurante refleja el resultado de esa dedicación.

“Lo normal está en todos sitios. Para poder trabajar como a mí me gusta, busco el mejor producto que haya en el mercado. No voy mirando precios, sino que me guste de verdad el producto. Eso luego se nota en lo que haces”, apunta Rosalía, consciente de la joya que ha creado en el corazón de su pueblo.

‘El Casino Felymar’, rebautizado así en honor a sus dos hijos, Felipe y María, está compartimentado en varias zonas, decoradas con mucho gusto, que crean diferentes ambientes. Para una comida formal, el salón principal es amplio y cómodo. La zona de cafetería es idónea para tomar una copa porque además no cierran en toda la tarde. Y la terraza es una auténtica joya, con unas vistas preciosas al casco antiguo, que se adapta igual a un aperitivo, una comida, una cita romántica o un café y una copa.  

Sus propuestas muestran un espíritu ambicioso y poco convencional. Un concepto de cocina tradicional pero con un punto innovador y diferente, que gusta de combinar sabores poco convencionales para sorprender al comensal.

Es el caso de las tapas con las que ha participado en dos concursos nacionales en Madrid Fusión esta misma semana, el de la ‘Tapa del Año’ y el de Migas Dulces. En ambos casos ha presentado dos propuestas de altura. Para la Tapa del Año un pan brioche de mantequilla, ensaladilla de encurtidos de hortalizas de la tierra y hueva de mújol con tartar de langostino macerado en mantequilla de oveja y ralladura de limón. Y para las migas dulces, se decantó por unas migas con sobrasada de chato murciano ligadas con vino dulce monastrell, uvas maceradas, miel de acacia y hierbabuena cristalizada.

Migas dulces.

“Me gusta seguir una línea que sea original y hacer combinaciones pero mimando el producto. Es muy importante”, subraya. “Intento dar lo que me gusta consumir a mí”.

PROPUESTA GASTRONÓMICA

La carta reúne platos basados en una cocina de mercado y estacional con esas combinaciones diferentes y originales, y se suceden las propuestas, casi medio centenar, con nombres tan sugerentes que dan ganas de pedirlos todos. Para empezar, una ‘Felymarinera’ con tosta de pan de cristal con ensaladilla casera de bonito con anchoa y boquerón es una buena opción, y también las anchoas con roquefort sobre pan brioche o las croquetas con papada ibérica son muy demandadas. La cazuela de gambón la han traído desde la gastroteca por el éxito que tiene. “No la he podido quitar”, se resigna.

Destacan los puerros a la brasa con salsa romescu, los torreznos de Soria con papatas revolconas y huevo ecológico o el ceviche de lubina con toques cítricos. Y los callos de bacalao, “un plato que uno no puede irse de aquí si probar”, recalca.

El cuidado por el producto marca los platos de la carta. Tiene carne Okelan de vacas criadas al aire libre, la lubina de Aquanaria y atún rojo de Balcegó. Y las anchoas “que son una pasada”, asegura, elaboradas bajo su propia marca.

Los postres, todos caseros, son un capítulo aparte. Tienen varias versiones de la tarta de queso, tarta árabe, cremoso de yuzu con helado de aceite de oliva, torrija de brioche con sopa de chocolate blanco y la tarta de Motolite de merengue, que es el dulce por excelencia de Cehegín, aquí sirven en su versión individual, el minimonolite.

“Me gusta cuidar los detalles, que todo salga lo mejor posible. Que se vaya alguien y te diga lo bien que ha comido, que ha estado a gusto, es muy satisfactorio. La mayor recompensa”, concluye.

CASINO FELYMAR – Dirección: C. Mayor, 23, 30430- Cehegín, Murcia. Teléfono: 601 99 67 67. Web: https://restaurantesfelymar.es/

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