Propongo un interesante y exótico cóctel: un cantante de tendencia, una conocida cadena de bocadillos ‘fast food’ y una red social a punto de ebullición (pongamos por ejemplo la de ‘X’ ). Todo esto lo batimos, a ser posible en una hora de prime time televisivo… (Les adelanto que obtendremos una especie de espuma de canela en rama)
Hace unas lunas, Antón Álvarez Alfaro, alias C. Tangana, revelaba junto al Premio Ondas, Jordi Évole, que una vez, en algún tiempo, ‘once upon a time’, fue un joven y precario trabajador (cosa inusual en este país, donde la juventud se emancipa a los 30,3 años y necesita el 90% del salario para pagar el alquiler) pero aún había más…
En la confesión del que ‘era ateo pero ahora creo’, C.Tangana desvelaba que trabajó por 350 euros al mes, y con impagos de horas extras, en la conocida cadena de bocadillos, o lo que es lo mismo, que poco ‘Pans’ y menos ‘Company’.
La ebullición de este intenso cóctel prosiguió cuando esta denuncia laboral, convertida en entremés televisivo, ponía sobre la mesa las situaciones de maltrato laboral de los jóvenes, en la voz de un referente con sudadera de Gucci o late Checkout (que es su propia marca). Así, y a fuego rápido, las migajas de C.Tangana pasaron del bocadillo al ‘bocatto di cardinale’ para prensa, tuiteros e integrantes de gabinetes en ministerios que no dudaron en adherirse a la causa.
Y es que un bocadillo puede encerrar, entre corteza y corteza, una historia, la de la merienda infantil con crema de dulce de leche, la de la dedicación de las madres en el patio del colegio rellenos de jamón y queso, la del almuerzo calórico para subir al andamio a base de magra con tomate para superar el día, la de la acampada romántica con salmón y queso fresco….
Pero hay otras historias dentro de los bocadillos como las del bocado a los derechos y esto está en nuestra mano evitarlo, esa misma mano que compra la baguette, la misma que, en este caso, aplaude a Tangana y a su revelación tan a destiempo como demoledora.
